Nuevas confirmaciones sobre el bisfenol A, presente en varios tipos de plástico para evitar la corrosión y mejorar su aspecto, pero prohibido en Europa y los Estados Unidos, sobre todo su uso en la fabricación de contenedores destinados a los niños, como biberones. Sin embargo, todavía está presente en muchos otros envases: botellas de plástico, botellas de agua, envolturas de alimentos y latas de aluminio (el interior blanco).
Desde hace varias décadas se estudian los efectos potencialmente nocivos de este componente y su capacidad de alterar los niveles hormonales y de crear, entre otras cosas, posibles daños al feto en mujeres embarazadas que entran en contacto con el bisfenol A. Esto ocurre porque la sustancia se propaga fácilmente en agua, bebidas o alimentos, aunque en pequeñas dosis, especialmente si los contenedores están re-utilizados o rayados, o si el liquido contenido es muy caliente. También se demostró que algunos peces han cambiado su orientación sexual. Otros daños potenciales que van desde desde patologías cardíacas hasta enfermedades de los órganos reproductivos, próstata y cáncer de mama.